Lun. Dic 23rd, 2024

El post a 300 por hora…

Los Aguilar en AmsterdamHola familia. De nuevo en Madrid. Ayer en Zaragoza todo estuvo fantástico. Especialmente las charlitas que tuve con mis compañeros de los 40 en la ciudad. Como estoy esperando las fotazas, ya os contaré en su momento lo de la fiesta con Adolfo Dominguez en la presentación de The Music Collection.

El caso es que ayer mientras yo viajaba desde Madrid a Zaragoza en el AVE, mi hermano Hilario viajaba en el mismo medio de locomoción de Barcelona a Madrid por motivos laborales. Así que nos cruzamos a 300 km/h. Hoy me gustaría dejaros lo que ha publicado en su blog, «Todos tenemos algo escondido» esta mañana. Es buenísimo, no tiene desperdicio.

«El AVE Barcelona-Madrid de las 06:40 se llena, una vez más, de ejecutivos trajeados y encorbatados, de alguna que otra ejecutiva con perfume caro (pero menos), todos con un cargo que incluye la palabra manager o key account. Me gusta ese tren, porque suele ir bastante vacío y hasta Zaragoza puedo ir estirado en dos asientos y recuperar parte del sueño de ese día. Esa es mi función hasta que llego a Zaragoza- Las Delicias.

Allí me suelo activar, leer algo, escribir, matar el tiempo. Ayer me fue imposible… Subió una chica, hacía unos pocos años que había pasado la treintena. Impecable chándal azul eléctrico, churumbela bajo el brazo y sin maletas. Su presencia provocó un espectáculo digno de ser grabado en cámara oculta.

Nada más sentarse, le suena el móvil (evidentemente a toda pastilla) y como tono lleva a uno que dice que es esclavo de sus besos. Menos mal que ella no da vueltas cuando suena… Ahí empieza el espectáculo. Si su interlocutor hubiera estado a 100 metros a la redonda, hubiera podido oirla sin problemas… qué manera de gritar. A estas alturas, mis compañeros yuppies levantan la mirada de sus perfectos ordenadores mini-portátiles de sobremesa y comienzan a buscar complicidad entre ellos. Pero fue solo el principio…

La interlocutora era la abuela, pero después llamaron tres más. Y el ritual de siempre, esclavo de tus besos hasta que puede coger el teléfono (unos diez segundos) y luego conversación a gritos. Que sí, que estás en el tren y que ya avisarás cuando llegue, que corre mucho y que la Azahara (hasta entonces llamada churumbela) está bien. Tres veces la misma operación.

Parece que la situación se calma… pero Azahara empieza a llorar y, siguiendo el vivo ejemplo de la madre, se pone a gritar. Horror, va camino de un minuto y no para, y mira que nuestra protagonista la mueve arriba-abajo, le ha dado agua e incluso ha sacado un kleenex usado de su precioso chándal azul eléctrico para limpiarle los mocos. Al final le da una galleta y bajo el consejo-amenaza-grito de «Azahara cómete la galleta» se calma. Ahí se me viene a la mente a Belén Esteban y su famoso «Andrea cómete el pollo». Igual es su prima zaragozana…

Sigo leyendo mi libro de Matthew Tree, «La puta feina», cuando al cabo de diez minutos ocurrió un hecho que bien pudo cambiar el curso de la historia. Ahí ya decidí que ya tenía entrada para el blog. Y es que, nuestra protagonista se queda dormida, no solo dormida, sino que ronca… parece una taladradora.

Los yuppies vuelven a dejar otra vez los Excel repletos de números (supongo que rojos o con un – delante, que se note la crisis) y esta vez las miradas se convierten en carcajadas. Sobre todo dos que tengo atrás, los que ocupan zona de pasillo, que se plantean llamar a la azafata porque así no hay quién pueda trabajar.

Nuestra querida Azahara vuelve a llorar y sus gritos se mezclan con los ronquidos de su progenitora. Y yo que me pensaba que las películas que ponían era lo peor que se podía oir en el tren… La señora, de buenas a primeras, abre los ojos y abandona sus ronquidos. Vuelve a callar otra vez a la niña con una galleta en la boca (esta vez en plan un poco agresivo) y se prepara para bajar la primera (acababan de anunciar la llegada, pero no era plan de llegar tarde).

Y así fue como un aburrido viaje se convirtió en anecdótico para poder contar. Por la tarde, a las 19 horas ya estaba en casa y puse rápido «El Diario de Patricia (aunque sin ella)» convencido de que al único lugar dónde esa mujer podía viajar era como invitada de ese programa. De hecho, llevaba el piercing en la cara que creo que es condición indispensable para poder salir en él.»

Bueno familia, ahí estaban las ocurrencias de Hilario Aguilar.

Paz y amor y hasta el lunes, ¡Buen finde!

6 thoughts on “El post a 300 por hora…

  1. Pues no escribe mal ese chaval 😉

    Bueno, yo creo que lo importante del texto es la foto. Ya que vamos en plan intimidad, cuenta que minutos después de realizarla, en pleno mes de Agosto y con un calor sofocante, te pidiste un «lamb stew» o algo así creyendo que eran costillas de cordero y resultó ser un plato típico irlandés, caliente, muy caliente, algo similar a un estofado de cordero. El cocinero del pub aún se está riendo… creo que fue algo similar a pedirse una paella a las diez de la mñana en un chiringuito de Benidorm.

  2. buenisimo! =)
    me ha encantado! hahah
    vaya un par de hermanos estos dos, qe escriben unso blogs dignos de enmarcar! haha
    un petonàs!!

  3. Pues no, no lo hace nada mal de escribir estás historias tan enganchadoras. Por un momento pensé que estaba leyendo un libro y con ganas de que no terminara. : )

  4. Tony tienes que explotar más a tu hermano, está poco aprovechado, vaya par de hermanos, geniales, deberiáis hacer un blog conjunto, besos a los dos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *